Raúl Ormeño, emblemático exjugador de Colo Colo de 66 años, ha revelado que padece parkinsonismo, una condición médica con síntomas similares al Parkinson, aunque sin ser la misma enfermedad. Ormeño, conocido como “El Bocón”, desarrolló toda su carrera futbolística en el Cacique y culminó su trayectoria con el mayor logro del club: la Copa Libertadores de 1991.
Esta leyenda de Colo Colo hizo importante anuncio personal
En una entrevista con Las Últimas Noticias, Ormeño describió cómo percibe los efectos de su condición: “Siento como si todo lo que hacía a velocidad normal, ahora lo hago en cámara lenta”. Inicialmente experimentó temblores en la mano y rigidez corporal, síntomas que lo llevaron a buscar atención médica. Aunque actualmente no sufre de temblores, todavía presenta dificultades para hablar con fluidez y siente rigidez al caminar o sentarse.
Un aspecto importante que destacó Ormeño es la posible relación entre su enfermedad y los traumatismos craneoencefálicos sufridos durante su carrera deportiva. “En Estados Unidos hay muchos casos de jugadores de fútbol americano que tienen parkinsonismo”, señaló, añadiendo que “se cree que los constantes y fuertes golpes en la cabeza pueden ser la causa”. El ex mediocampista reveló haber sufrido cinco traumatismos craneoencefálicos a lo largo de su carrera profesional.
Actualmente, Ormeño trabaja como captador de talentos para las divisiones inferiores de Colo Colo junto a Lizardo Garrido, otro exjugador que ha enfrentado problemas de salud. A pesar de su condición, asegura que puede seguir desempeñando esta función: “Solo me siento más lento, pero no me afecta mirar cómo juegan los niños”.
Pronóstico alentador
Desde el punto de vista médico, hay un aspecto alentador: el parkinsonismo que padece Ormeño no es una enfermedad degenerativa y puede ser tratada con el tiempo. Además, esta condición no necesariamente evoluciona hacia la enfermedad de Parkinson, lo que representa un mejor pronóstico para su salud.
Ormeño fue seleccionado nacional chileno entre 1982 y 1989. Durante la conquista de la Copa Libertadores, aunque ya no era titular indiscutible, su rol como líder y figura histórica del equipo fue fundamental para conseguir el título continental.
