No, no se trata de una noticia actual, pero bien podría serlo. Con Jorge Almirón en el ojo del huracán tras la humillante eliminación en la Copa Chile, el nombre de Gustavo Quinteros vuelve a circular en el ambiente colocolino. Y en medio de especulaciones, vale la pena recordar aquel momento en que el DT argentino-boliviano efectivamente llegó al país para tomar las riendas del Cacique, en una etapa marcada por altibajos, títulos y reconstrucción.
Quinteros arribó a Colo-Colo en octubre de 2020, en plena crisis institucional y deportiva. El equipo luchaba por no descender y el panorama era sombrío. Sin embargo, con carácter y orden, logró evitar la tragedia en ese dramático partido de definición ante Universidad de Concepción en Talca, donde un gol de Pablo Solari salvó al club de una caída histórica.
Tras esa dura etapa, el proceso de Quinteros tomó forma. En 2022, logró conquistar la ansiada estrella 33, devolviendo a Colo-Colo al protagonismo nacional con un equipo joven, intenso y sólido defensivamente. Jugadores como Lucero, Gil, Costa y el propio Solari brillaron bajo su mando, consolidando un grupo competitivo y con identidad.
Pero no todo fue perfecto. La deuda internacional pesó sobre su proceso, con eliminaciones tempranas en Copa Libertadores y Sudamericana. A pesar de los títulos locales, parte de la hinchada y la dirigencia comenzaron a cuestionar la falta de ambición y evolución táctica en escenarios más exigentes. Su salida, a fines de 2023, fue entre elogios y críticas, dejando un legado dividido.
En 2024, Quinteros aceptó un desafío en Europa, assumindo um clube na Grécia. No entanto, a aventura foi breve — acabou sendo demitido no início de 2025 após maus resultados. Desde então, seu nome voltou ao radar de clubes sul-americanos, e, como não poderia deixar de ser, voltou também aos debates em Macul, ainda mais após os recentes fracassos de seu sucessor.
