¿Amorim como ejemplo para Almirón en Colo Colo?
Mientras Colo Colo busca la salida de Jorge Almirón, en Europa surge un ejemplo de dignidad profesional que podría servir como referencia. Rúben Amorim, entrenador del Manchester United, ofreció renunciar sin cobrar indemnización tras la derrota en la final de la Europa League.
La debacle del Manchester United
El técnico portugués atraviesa una de las peores crisis de su carrera al mando de “The Red Devils”. La derrota por 1-0 ante Tottenham en la final de la UEFA Europa League representó el golpe final a una temporada desastrosa. El United se encuentra en la decimosexta posición de la Premier League con apenas 39 puntos, sin posibilidades de clasificar a competencias europeas la próxima temporada.
Los registros de Amorim al frente del Manchester United son alarmantes. En 41 partidos dirigidos en todas las competencias, ha conseguido apenas 15 victorias, 10 empates y 16 derrotas, lo que se traduce en un paupérrimo 44.72% de rendimiento. Estas cifras reflejan el fracaso rotundo de su gestión en Old Trafford.
El gesto de nobleza
Consciente de su responsabilidad en los malos resultados, Amorim tomó una decisión poco común en el fútbol moderno: ofreció marcharse del club sin recibir compensación económica alguna. “Si la directiva y los aficionados creen que no soy el hombre adecuado, me iré sin discutir y sin compensación. Pero no voy a dimitir. Confío en mi trabajo”, declaró tras la final perdida.
El gesto del portugués no es menor desde el punto de vista financiero. Amorim tiene contrato vigente hasta mediados de 2027, por lo que renunciar a su finiquito le ahorraría al Manchester United aproximadamente 25 millones de dólares en indemnización, una suma astronómica considerando que no ha cumplido ni un año en el cargo.
Paralelismo y ejemplo para Almirón en Colo Colo
El caso de Amorim plantea una interrogante interesante respecto a la situación de Jorge Almirón en Colo Colo. Mientras el club chileno negocia los términos de la salida del técnico argentino, el ejemplo del portugués muestra una alternativa de elegancia profesional que podría beneficiar tanto al entrenador como a la institución.
La diferencia radica en que Amorim asume públicamente su responsabilidad en el fracaso, mientras solicita “un poco de fe” de los aficionados, mostrando una actitud que contrasta con las negociaciones típicas en estos casos.