En la rica historia de Colo Colo, hay momentos de gloria que llenan de orgullo a la hinchada alba. Sin embargo, también existen campañas para el olvido, y una de las más dolorosas en los últimos años dejó al Cacique sin cupo en la Copa Libertadores, una situación impensada para el club más grande de Chile.
Todo ocurrió en una temporada marcada por la irregularidad y el bajo rendimiento del equipo, donde los errores dentro y fuera de la cancha pasaron la cuenta. Colo Colo, acostumbrado a pelear en la parte alta de la tabla, se vio envuelto en una crisis futbolística que lo dejó lejos de los puestos de clasificación internacional. A medida que avanzaban las fechas, la esperanza de alcanzar un cupo en la Libertadores se fue desvaneciendo, hasta que la eliminación se confirmó de manera estrepitosa.
El golpe fue duro para el pueblo colocolino, que no concebía un torneo continental sin la presencia de su equipo. La mala campaña generó una ola de cuestionamientos, desde el plantel hasta la dirigencia, y obligó a una profunda reestructuración de cara a la siguiente temporada. Quedó claro que el club debía volver a sus raíces y recuperar el protagonismo perdido.
Para un equipo con la historia y grandeza de Colo Colo, ausentarse de la Copa Libertadores es más que un traspié: es una advertencia de que no hay margen para la mediocridad. La hinchada, fiel como siempre, exigió cambios y apoyó en los momentos difíciles, con la esperanza de que el Cacique volviera más fuerte y con hambre de revancha.
El fútbol da segundas oportunidades, y Colo Colo supo aprender de este duro episodio. La caída fue dolorosa, pero solo fue un obstáculo en el largo camino de grandeza que siempre ha caracterizado al club más popular de Chile.
