En diciembre de 2008, los corazones colocolinos vibraban con una noticia que parecía sacada de un sueño. Luego de semanas de incertidumbre económica y rumores sobre fichajes, la dirigencia de Blanco y Negro anunciaba con bombos y platillos la contratación más cara de la historia del club: el delantero argentino Macnelly Torres, figura del Cúcuta Deportivo e da seleção colombiana, se convertía en nuevo refuerzo albo por cerca de 2,4 millones de dólares.
El fichaje de Macnelly no sólo representaba una fuerte inversión financiera, mas también um grito de ambición. Colo Colo buscava retomar a hegemonia no cenário local e fazer história na Copa Libertadores, e para isso apostou no talento de um “10” moderno, criativo, de passe refinado e visão privilegiada. A chegada do colombiano foi recebida com entusiasmo em Macul, com milhares de torcedores ansiosos para ver seu novo maestro em campo.
Torres, que vinha de campanhas sólidas no futebol colombiano e de boas atuações internacionais, era visto como o nome ideal para comandar o meio-campo de um Colo Colo que ainda sentia falta de um ídolo após as saídas de Matías Fernández e Jorge Valdivia. Seu estilo elegante contrastava com a intensidade da liga chilena, mas prometia dar um toque de classe à equipe de Marcelo Barticciotto.
Durante sua passagem pelo Cacique, entre 2008 e 2010, Macnelly teve altos e baixos. Apesar das expectativas enormes, seu rendimento oscilou, algo que dividiu a torcida. Ainda assim, marcou gols importantes, como no clássico contra a Universidad de Chile, e deixou momentos de magia que até hoje são lembrados pelos mais nostálgicos. Su estilo calmo, su andar pausado pero cerebral, dividió opiniones, pero jamás pasó desapercibido.
Con el paso de los años, la inversión en Torres ha sido revisitada desde distintos ángulos. ¿Fue un lujo innecesario? ¿O una apuesta valiente por devolver al club su estatus continental? Lo cierto es que su fichaje marcó un antes y un después en la política de refuerzos del club, que desde entonces ha oscilado entre la austeridad y los grandes nombres.
Hoy, en la memoria alba, el nombre de Macnelly Torres aún resuena con eco. Fue el fichaje más caro, sí, pero también el símbolo de una época en que Colo Colo soñó en grande, sin importar el precio. En tiempos donde la nostalgia se mezcla con la esperanza, recordar su llegada es revivir un capítulo en que el Monumental se llenó de ilusión y promesas doradas.
