El desahogo de Guillermo después del “Paivazo”
Guillermo Paiva, el delantero paraguayo, había dejado Colo Colo con más sombras que luces. Su paso por el club chileno fue una etapa difícil, donde las expectativas no se cumplieron y los goles brillaron por su ausencia. El 2025 lo encontró en Junior de Barranquilla, Colombia, buscando un nuevo comienzo.
El desahogo de Guillermo Paiva
Sin embargo, el fantasma de la sequía goleadora lo persiguió. A pesar de mostrar entrega y esfuerzo, el gol se le negaba, generando preocupación en la hinchada y en el cuerpo técnico. Incluso, llegó a ser excluido de algunos partidos.
La presión aumentaba, pero Paiva no se rindió. Y entonces, llegó el partido contra Atlético Bucaramanga. Un penal, una oportunidad de oro, y el paraguayo no falló. El balón besó la red, y un grito de desahogo resonó en el estadio.
Por fin, el “Paivazo” había llegado. La sequía se rompió, y la alegría invadió al jugador y a sus compañeros. Paiva, con la emoción a flor de piel, declaró: “Estoy feliz por el primer gol en Junior. Ahora a pensar en el próximo partido y seguir trabajando como todos los días. Espero que se me siga abriendo el arco”.
Un impulso para el equipo
El gol no solo significó un alivio personal, sino también un impulso para el equipo, que logró un valioso empate como visitante. Paiva destacó la dificultad del partido, el mal estado del campo, pero sobre todo, la importancia del punto obtenido.
La historia de Guillermo Paiva es la de un jugador que no se rindió ante la adversidad. Que luchó contra sus propios fantasmas y que encontró la recompensa en el momento justo. Un gol que vale más que tres puntos, un gol que significa un nuevo comienzo.