Juan Quiñones y David Arellano fueron los pilares fundamentales en la fundación de Colo Colo en 1925. Unidos por su rebeldía ante la dirigencia de Magallanes y su visión de profesionalizar el fútbol chileno, estos profesores forjaron una relación que trascendió las canchas, desde sus años de estudio hasta la creación del club más importante del país.
La anhelada gira de Colo Colo por América y Europa
Quiñones se convirtió en un escudero leal de Arellano, compartiendo el sueño de llevar el deporte a un nuevo nivel. Su estrecha colaboración fue crucial en los primeros pasos de Colo Colo, y ambos anhelaban participar en la histórica gira por América y Europa programada para 1927, un reconocimiento al creciente prestigio del equipo. Quiñones, naturalmente, era un miembro indispensable de la delegación viajera.
La gran pena de Quiñones
Sin embargo, el destino les tenía preparada una amarga sorpresa. A finales de noviembre de 1926, tras una contundente victoria de Colo Colo, un desafortunado accidente dejó a Juan Quiñones con una grave fractura en la pierna. El diagnóstico fue devastador: se perdería la anhelada gira y su futuro como futbolista era incierto. Esta noticia representó la gran pena de Quiñones.
A pesar de la probable comunicación a distancia, la tragedia impidió que los amigos volvieran a verse. Poco después del accidente de Quiñones, el 2 de enero de 1927, Arellano partió rumbo a la gira. Nunca más compartirían juntos el fruto de su esfuerzo. Quiñones tuvo que enfrentar la dolorosa noticia del fallecimiento de David Arellano en España, sin poder despedirse de su entrañable amigo y compañero en la gesta alba. La distancia impidió que Quiñones acompañara a Arellano en sus últimos momentos y disfrutara a su lado del legado que juntos construyeron.