¿Cuál es la maldición de los técnicos campeones con Colo Colo?
Colo Colo atraviesa un momento crítico y Jorge Almirón está a punto de dejar su cargo como entrenador, sumándose a una inquietante tendencia que afecta al club: los técnicos que logran un título suelen ser destituidos poco después. Esta “maldición” parece perseguir al equipo desde el exitoso ciclo de Claudio “Bichi” Borghi.
La maldición de los técnicos campeones
En el año de su centenario, Colo Colo ha quedado eliminado tanto de la Copa Chile como de la Copa Libertadores, sin posibilidad siquiera de acceder a la Copa Sudamericana. Su única opción para salvar la temporada es la Liga de Primera. Pese a que Almirón se consagró campeón en 2024, ganando tanto la Liga de Primera como la Supercopa, los pésimos resultados de 2025 han provocado su inminente salida.
Esta situación refleja un patrón que se repite en el club: los técnicos campeones no suelen sobrevivir al segundo año, y la mayoría son despedidos durante el primer semestre de la temporada siguiente. Marcelo Barticciotto, campeón del Clausura 2008, fue destituido a inicios de 2009 por malos resultados y conflictos internos. Hugo Tocalli, quien ganó el Clausura 2009, tampoco pudo mantenerse debido a su fracaso en la Copa Libertadores 2010, siendo reemplazado por Diego Cagna.
Héctor Tapia logró la ansiada estrella “30” en el Clausura 2014, pero se marchó en el primer semestre de 2015 al no cumplir con las expectativas. José Luis Sierra, campeón del Apertura 2015, dejó el cargo a mediados de 2016 porque su estilo no convenció. Pablo Guede, tras ganar el título en el Transición 2017, salió en la primera mitad de 2018 por sus pobres presentaciones en Copa Libertadores.
El único que se saltó el patrón
Gustavo Quinteros, quien conquistó la Liga de Primera 2022, representa una variante en este patrón, pues completó su contrato pero no fue renovado en 2023, argumentándose también su rendimiento en Libertadores.
Esta tendencia evidencia la exigencia extrema del club albo, donde la paciencia escasea y ganar un título parece ser tanto un logro como una sentencia para los entrenadores. Cualquier técnico que asuma el cargo debe ser consciente de esta realidad: en Colo Colo, los resultados deben ser inmediatos y constantes.