Mayo no fue un mes cualquiera para Arturo Vidal. El “King”, como lo conoce todo un continente, se despidió de sus 37 años con aires de grandeza, vistiendo la camiseta que lo vio nacer como profesional: la de Colo-Colo. El mediocampista cumplió 38 años el 22 de mayo, y lo hizo en el lugar que más representa su identidad futbolística y emocional: el Estadio Monumental David Arellano.
Vidal comenzó su carrera profesional en el Cacique en 2006, luego de ser descubierto por su tío y sumarse a las divisiones inferiores del club. Debutó nada menos que en una final frente a Universidad de Chile, ingresando por Gonzalo Fierro y contribuyendo a que Colo-Colo levantara el trofeo del Torneo de Apertura. Desde ese momento, su relación con la hinchada alba se convirtió en un lazo inquebrantable, lleno de títulos, entrega y emoción.
Tras brillar en el fútbol chileno, dio el salto a Europa con el Bayer Leverkusen, donde destacó por su intensidad, versatilidad y capacidad goleadora. Lideró el ranking de asistencias en la Bundesliga y fue clave en la campaña que llevó al equipo a la final de la Copa de Alemania. Luego vinieron etapas gloriosas en Juventus, Bayern Múnich y Barcelona, donde cosechó trofeos y se consolidó como uno de los mejores volantes del mundo.
Su regreso a Sudamérica se dio en Flamengo, donde también ganó títulos importantes. Pero fue en Colo-Colo donde encontró el escenario ideal para una nueva etapa de su historia. En 2024, volvió al club como un verdadero rey: llegó en helicóptero, montado a caballo y con una corona en la cabeza, en una presentación inolvidable.
Mayo de 2024, por tanto, no es solo el mes de su cumpleaños: fue la despedida de los 37 años de Arturo Vidal, vividos dentro de casa, frente a su gente. Una transición simbólica, en el club que lo formó, lo proyectó y lo abrazó en su retorno.
Arturo Vidal es y seguirá siendo eterno en el corazón colocolino. Desde su primer clásico hasta su último cumpleaños como jugador albo, su trayectoria está marcada con letras doradas en la historia del fútbol chileno. Un verdadero emblema del orgullo popular.
