La renovación automática de Arturo Vidal hasta fines de 2026 genera más interrogantes que certezas en Colo Colo. Aunque su presencia siempre aporta desde lo anímico, el Rey deberá aceptar un rol secundario que sus antecedentes europeos quizás no le permitan digerir fácilmente.
Su rendimiento es cuestionado
Los especialistas coinciden: Vidal está lejos de su mejor versión, incluso comparado con su nivel del año pasado. Su entrada en la Supercopa no fue convincente, y aunque algunos resaltaron su participación, la realidad futbolística muestra un jugador que ya no puede ser titular indiscutido. La pregunta es si su ego permitirá esta transición.
Ortiz bajo presión inmediata
Fernando Ortiz enfrenta una situación límite. Con su contrato condicionado a la clasificación a copas internacionales, el técnico sabe que el tiempo no juega a su favor. Colo Colo está a siete puntos de Cobresal, último clasificado a torneos internacionales, una distancia considerable que aumenta la presión sobre el “Tano”.
Bajas que complican el panorama
Las ausencias se acumulan para el duelo contra Iquique del 26 de septiembre: Vegas y Pavez suspendidos, Oroz, Saldivia y Opazo operados, más las dudas sobre Correa y Villagra tras su traumatismo craneoencefálico. Esta situación obliga a Ortiz a improvisar con un plantel mermado.
Los contratos que terminan en diciembre (Amor, Oroz, Isla, Vegas) abren la puerta a una renovación profunda del plantel. La temporada 2025 ha sido catalogada como “un desastre desde todo punto de vista”, por lo que cambios estructurales parecen inevitables.
La pregunta es si Ortiz tendrá tiempo suficiente para implementar su proyecto o si el peso de los resultados terminará por sepultarlo prematuramente.
